Los beneficios del bienestar sexual, emocional y físicamente

El bienestar sexual es esencial para la salud y la calidad de vida. No se trata solo de la actividad sexual, sino de tener una relación saludable con la propia sexualidad, la autoestima y el cuerpo. Alcanzar este equilibrio aporta beneficios tanto a nivel emocional como físico, mejorando el bienestar general de la persona.

Si alguna vez te han dicho que irradias felicidad o que tienes la piel iluminada después de haber mantenido relaciones o de haberte masturbado, es posible que tenga mucho que ver con los beneficios tanto físicos como emocionales del sexo.

Beneficios emocionales del bienestar sexual

 El bienestar sexual es un factor importante en la estabilidad emocional y en la relación que tenemos con nosotras/os mismas/os. Una relación positiva con la propia sexualidad favorece una mayor autoestima y seguridad, lo cual influye en la forma en que nos relacionamos con los demás. Además, las relaciones sexuales compartidas o en solitario ayudan a reducir el estrés y pueden ser una forma de liberar tensiones. La intimidad y el placer también están relacionados con la producción de neurotransmisores como la oxitocina y la serotonina, que fomentan la sensación de bienestar y reducen la tensión emocional.

Beneficios físicos de las relaciones sexuales

 Mantener un buen equilibrio en este ámbito tiene un impacto positivo en la salud física. Favorece una mejor circulación sanguínea y contribuye al equilibrio hormonal. También puede mejorar la calidad del sueño, ya que el cuerpo libera endorfinas y otras sustancias que favorecen la relajación. Además, la conexión con el cuerpo permite detectar y abordar problemas de salud, como disfunciones del suelo pélvico o alteraciones hormonales. Un suelo pélvico saludable es fundamental para evitar problemas como la incontinencia o el dolor durante las relaciones sexuales.

El bienestar sexual más allá de la actividad sexual

Es importante desmitificar la idea de que el bienestar sexual depende necesariamente de una vida sexual activa. La clave está en vivir la propia sexualidad de una manera libre de presiones sociales, desde el respeto a los propios deseos y necesidades. La autoexploración, la comunicación en el sexo y sobre el sexo, y el conocimiento del propio cuerpo son aspectos esenciales que contribuyen al bienestar, independientemente de la actividad sexual.

El bienestar sexual es un proceso personal que implica autoconocimiento, aceptación y cuidado del propio cuerpo y de las emociones. Sea cual sea la forma de vivir la propia sexualidad, cuidarla es clave para disfrutar de una buena calidad de vida.